¿Ya sabes qué te roba el tiempo?
Los emprendedores tenemos el día repleto de retos y gestiones. Sin embargo, siempre hay algo que nos roba minutos y que no nos permite ser todo lo eficientes qué podríamos. Te ayudamos a identificar estos ladrones de tiempo para seguir haciendo crecer tu negocio.
Los ladrones de tiempo más habituales
Podemos dividirlos entre internos y externos. Los internos son los que aparecen como consecuencia de nuestra conducta y gestión del tiempo:
- Optar por el multitasking, haciendo distintas cosas a la vez.
- No saber priorizar tareas, delegar ni decir que no.
- Procrastinar.
Los externos son los que se escapan de nuestro control:
- Las reuniones de trabajo, ya sean online o de forma presencial.
- Interrupciones y peticiones de otros colegas.
- El correo electrónico, teléfono y chats internos de la empresa
- Si trabajamos en el hogar, pueden aparecer nuevos ladrones como quehaceres personales o tareas del hogar.
Cómo podemos evitarlos y mejorar nuestros resultados?
Hay que tener en cuenta que se necesitan 15 minutos de media para volver a concentrarse después de una interrupción. Te damos algunas sencillas pautas que puedes incorporar a tu rutina para evitar estas fugas de tiempo y así mejorar resultados:
- Correo electrónico. Es conveniente tenerlo cerrado mientras realizas otra tarea. Una vez terminada y antes de empezar la siguiente, puedes revisarlo. No te preocupes por si hay algo urgente, pues existen otras vías de contacto más inmediatas.
- Saber decir NO. Cuando te enfrentes a una petición de ayuda o llamada inesperada, debes ser capaz de decir no y posponerla. Atender a estos asuntos puede ayudar a un compañero de trabajo. Sin embargo, repercutirá negativamente en tu productividad.
- Lista de prioridades. Siempre respetando las fechas de entrega si las hubiera, conviene realizar la tarea más difícil en primer lugar y dejar para última hora las que menos esfuerzo requieran. La concentración baja a medida que pasan las horas.
- Trabaja por bloques. Ser más productivo no significa trabajar más, sino hacerlo mejor. Es necesario descansar cada cierto tiempo para recuperar energías. Estos momentos de desconexión también deberían estar planificados.
- Cuidado con la procrastinación. Vigila el ir posponiendo esas tareas que te resultan más tediosas. Son las que debes llevar a cabo las primeras. De no hacerlo sí, corres el riesgo de no hacerlas a tiempo o de llevarlas a cabo con una calidad inferior.
- Ordena tu lugar de trabajo. Un entorno y un escritorio caóticos repercuten de manera negativa en nuestra concentración, haciéndonos perder valiosos minutos.
En definitiva, saber identificar y gestionar los ladrones de tiempo influye de manera positiva en los niveles de productividad.
Ser organizado y evitar que los minutos se nos escapen sin darnos cuenta es muy sencillo incorporando a tu día día laboral los hábitos propuestos. Ponlos en práctica y pronto observarás los resultados.